Club Deportivo Alianza: “Mujeres con historias de perseverancia y superación en el fútbol femenino”

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El futbol femenino sigue ganando terreno y llegando a cada rincón de la comuna de Paihuano, así es la historia de las mujeres del Club Deportivo Alianza, quienes a pesar de las dificultades se han sobrepuesto a través de los años a las adversidades y han representado con orgullo en cada campeonato a la localidad de Horcón.

La historia de la rama femenina de Alianza de Horcón se remonta a fines de los años 90, cuando las mujeres comenzaron a reunirse en la cancha de tierra del club. Herminda Aguirre, conocida cariñosamente como “Tía Nina,”, actual socia y cooperadora,  recordó cómo el equipo fue creciendo poco a poco.

“Empezamos a jugar con las socias más antiguas, en 1997 cuando la cancha aún era de tierra, hasta el 2012 que  fuimos un grupo informal. Ya en 2018, nos conformamos oficialmente como parte de la Liga Femenina de Vicuña”, comentó.

Una vez conformado como equipo en el  2018, han  recorrido un camino largo y  lleno de dificultades, pero siempre con el fútbol como motor de unión y motivación, esto porque las primeras temporadas estuvieron llenas de derrotas abrumadoras. Verónica  Gómez, actual presidenta del equipo, relató que “es una historia muy larga de formación, cuando nos iniciamos teníamos 27 jugadoras inscritas y jugábamos nueve. Hicimos la invitación y muchas se inscribieron,  pero después no jugaban, quizás les daba vergüenza porque nos hacían muchos goles, entonces ahí, muchas chiquillas se empezaron a salir porque ellas pensaban que teníamos que ganar, querían ganar todos los partidos”.

Sin embargo, “de primero lo tomamos como una entretención de día sábado para no estar tanto tiempo en la casa y hasta el día de hoy seguimos pensando así, lo hemos tomado como una entretención para nosotras y sí, con el tiempo hemos ido aprendiendo,  mejorando y ahora ya hemos ganado partidos, nunca dejamos de jugar, aunque perdiéramos”, afirmó Patricia Espejo, una jugadora multifacética del equipo, pues así se auto describe ella, ya que ha ocupado varios roles dentro de la cancha.

 

Mantener la Disciplina

A través de los años que llevan jugando, son muchas las jugadoras que han vestido la camiseta de Alianza, sin embargo algunos roces en cuanto carácter e identidad y sentidos de pertenencia se han transformado en grandes desafíos para mantenerse en disciplina.

En cuanto al sentido de pertenencia e identidad esto se trasluce porque las localidades más cordilleranas de Paihuano, son tres: Horcón, La Ortiga y Alcohuaz, sectores desde donde provienen las integrantes de Club Deportivo Alianza, equipo que en cuanto a la rama masculina es originario de Horcón, y debido al poco apoyo por parte de los varones es que algunas integrantes buscaban cambiar el nombre.

“Nosotros somos puras niñas de acá, eso igual nos ha generado en algún momento algún conflicto por el nombre porque igual acá tenemos otros equipos de fútbol masculinos, donde existen algunas rivalidades pero nosotras nunca lo hemos visto así”, señaló Patricia Espejo.

Sobre el orden y la disciplina propia del futbol, “muchos técnicos se cansaron porque algunas de las chicas no respetaban las instrucciones o simplemente no seguían el ritmo del entrenamiento”, confesó  Carolina Espejo, también jugadora activa de Alianza. Actualmente, un joven de La Ortiga, ha asumido el rol de entrenador, aunque los conflictos por la autoridad persisten en ocasiones.

Futbol, pasión y cotidianeidad

El equipo ha enfrentado también el desafío de equilibrar sus compromisos personales con su amor por el fútbol. La mayoría de las integrantes de Alianza son trabajadoras  temporales, dueñas de casa y emprendedoras además de madres, dónde deben compatibilizar sus tiempos, con los quehaceres del hogar, los cuidados de los hijos en sectores donde aún hay tradiciones arraigadas respecto algunos roles sociales entre hombres y mujeres.

“En mi caso yo trabajo, igual cuando las niñas se programaban para los entrenamientos, igual me costaba ir. Porque aparte de mi trabajo, yo tengo un emprendimiento. Entonces, el trabajo, ser dueña de casa, ser mamá, aparte del emprendimiento y el día sábado ir a jugar, yo les decía, con suerte vengo a jugar todos los sábados. Entonces ya reorganizarme para ir a los días del entrenamiento, igual significaba más cosas. Y por eso, me ha costado llegar a entrenar, pero sí llego a todos los partidos”, declaró Isabel Díaz.

En tanto Verónica Gómez expresó cómo sus hijos crecieron en la cancha, jugando cerca mientras ella entrenaba y jugaba los partidos. “Mi papá fue nuestro primer técnico, y él se encargaba de cuidar a mis hijos mientras dirigía al equipo por la orilla de la cancha”, recordó.

Carolina Espejo agregó haciendo alusión a Patricia Espejo que “nosotras somos hermanas y mi mamá va a todos los partidos. Entonces nos vamos con las guaguas, con la mamadera, con la leche”, haciendo énfasis a este motivo como uno de los contras que tienen como equipo a la hora de las convocatorias. 

El Apoyo de Luis Torres y la Identidad de Alianza

Un pilar fundamental en la historia del equipo ha sido el apoyo de Luis Torres y su familia, quienes donaron el primer uniforme completo para las jugadoras. “Luis fue clave para que pudiéramos consolidarnos como equipo. Él y su familia nos dieron la indumentaria para poder competir”, sostuvo Verónica. Este gesto fue el que afianzó la identidad del equipo bajo el nombre de Alianza, a pesar de que algunas jugadoras querían optar por un nombre distinto.

En el presente, las jugadoras están en proceso de obtener la personalidad jurídica para la rama femenina, lo que les permitirá acceder a mayores recursos y formalizar su estructura como equipo. “El 2 de octubre comenzamos con los trámites. Es un paso importante para nosotras”, indicó Patricia Espejo con orgullo.

Raíces Futboleras y el Legado Femenino

La pasión por el fútbol ha sido transmitida de generación en generación. Herminda cuenta con nostalgia cómo jugaba al lado de la abuela de una de las actuales jugadoras: “María Rodríguez, la abuelita de Verónica, era una de nuestras mejores punteras. Esa raíz futbolera se ha mantenido viva, y ahora son sus hijas y nietas las que juegan en la cancha”.

Este legado es lo que impulsa al equipo a seguir adelante, mejorando y demostrando que el fútbol femenino en Horcón tiene un futuro prometedor. A pesar de las dificultades, el equipo de Alianza sigue siendo un espacio donde las mujeres de la comunidad pueden unirse, crecer y disfrutar del deporte que aman.

Sueños de Alianza Femenina y la falta de apoyo

Las mujeres del Club deportivo Alianza han demostrado ser una guerreras ya que, a pesar de las dificultades cotidianas, los prejuicios sociales respecto a los roles de hombres y mujeres, a través de la resiliencia han sabido mantenerse unidas y comprometidas con su pasión por el futbol, dando ejemplos de organización y lucha para conseguir sus objetivos.

Sin embargo, todas coinciden en que hay falta de apoyo en varios aspectos. Verónica mencionó cómo, a lo largo del tiempo, el equipo ha perdido material deportivo que fue almacenado en la sede del club de la rama masculina, lo que les ha llevado a guardar el equipo en sus propias casas. Es por esto que el sueño compartido,  es contar con un espacio propio, una “mini sede” donde puedan reunir sus pertenencias y hacer del lugar un punto de encuentro.

En cuanto al apoyo de sus parejas, reconocen que en algunos casos puede ser un desafío. Isabel comentó cómo, al principio, su pareja formaba parte del cuerpo técnico, pero las tensiones generadas en la relación hicieron que dejara de acompañarla. También observan cómo algunas parejas pueden ser celosas o machistas, dificultando la participación de las mujeres en el fútbol.

Por consiguiente, las jugadoras llaman a los hombres a ser más empáticos y apoyar a las mujeres en su pasión por el fútbol. “Ellas lo están haciendo súper bien, a pesar de no tener el apoyo de los hombres”, concluye, destacando la unión y perseverancia del equipo femenino, que juega bajo cualquier circunstancia, sin importar la lluvia o las dificultades, añadió la “Tía Nina”, enfatizando en la importancia de que “los hombres enseñen a las niñas, ayudándolas a encontrar sus posiciones en el campo”, concluyó.

Finalmente, el mensaje de Verónica, Carolina, Patricia  e  Isabel a otras mujeres de Paihuano es claro: no tengan miedo de unirse al fútbol. Es un tiempo para ellas, momentos para salir de las rutinas, “nosotras hemos sido muy perseverantes a lo largo de este camino porque recién ahora después de cuántos años estamos viendo frutos positivos, siempre lo hemos disfrutado, pero ahora si se están viendo resultados positivos y eso ha sido muy reconfortante para nosotras mismas. Y es que en la cancha es otra historia”, remató Patricia Tejo.